Una empresa ovetense ofrece a los museos la reproducción de piezas a través de monitores autoestéreo que producen la sensación óptica de que los objetos 'salen' de la pantalla.
La imperfección del ojo humano permite, gracias a la tecnología, ver cosas que no hay, como que un molino 'sale' de una pantalla de una televisión. En realidad, de un monitor autoestéreo. Las imágenes las genera Proinnova de forma digital y ahora va a proponer a los museos asturianos usarlo «para mostrar el patrimonio».
Proinnova es una empresa ovetense creada por el joven ingeniero informático Rubén Velasco. La compañía nació a partir de los proyectos de investigación desarrollados por un grupo de la Universidad. «Entonces fue cuando descubrí los monitores autoestéreo, de los que no había oído hablar jamás», recuerda.
Aunque trabaja de forma independiente a la institución académica, este proyecto lo desarrollará con su colaboración. Velasco presentará la iniciativa a distintos museos asturianos, «inicialmente a los industriales». Aunque cree que sería útil «para todos»: desde etnográficos, al Museo Jurásico de Asturias (MUJA) y «por supuesto el Arqueológico». Actualmente, ningún centro español dispone de este novedoso sistema expositivo que permite ver los objetos desde casi cualquier perspectiva. Lo que utilizan normalmente son hologramas «que son estáticos», explica. Éste, «similar al utilizado en los cines Imax, es más impactante».
Además, solucionaría uno de los problemas más frecuentes en los museos: la falta de espacio. «En lo que ocupa un monitor puedes mostrar un capitel que, además, puede estar en el lugar original», explica.
El ingeniero informático comparte el espacio físico de su empresa con Ánade, la compañía que integra junto con 1:20 la Unión Temporal de Empresas Ánade Recursos Naturales que realizó parte de las excavaciones del castro de Llagú. En aquellos trabajos, los técnicos de Ánade escanearon en tres dimensiones varias piezas para hacer algo similar a lo que ahora plantea Velasco. Este monitor, de entre 19 y 40 pulgadas, podría instalarse en el aula de interpretación de la cultura castreña que el Principado prevé construir en Latores, y reproducirlas para que los visitantes las vean. Y sin ningún tipo de tecnología adicional: para percibir la sensación de profundidad y ver el objeto por todos sus lados no es necesario tener nada más a parte de ojos.
No ocurre lo mismo con otros sistemas que desarrolla Proinnova. A finales de diciembre, en la entrega de los premios Impulso del Idepa, realizaron la presentación de las empresas ganadoras. Grabaron con dos cámaras las mismas imágenes, planas. Proyectadas en dos paneles diferentes y con unas gafas de luz polarizadas, cada ojo veía uno solo, y daba sensación de profundidad. La originalidad vende y puede que también en los museos.
La imperfección del ojo humano permite, gracias a la tecnología, ver cosas que no hay, como que un molino 'sale' de una pantalla de una televisión. En realidad, de un monitor autoestéreo. Las imágenes las genera Proinnova de forma digital y ahora va a proponer a los museos asturianos usarlo «para mostrar el patrimonio».
Proinnova es una empresa ovetense creada por el joven ingeniero informático Rubén Velasco. La compañía nació a partir de los proyectos de investigación desarrollados por un grupo de la Universidad. «Entonces fue cuando descubrí los monitores autoestéreo, de los que no había oído hablar jamás», recuerda.
Aunque trabaja de forma independiente a la institución académica, este proyecto lo desarrollará con su colaboración. Velasco presentará la iniciativa a distintos museos asturianos, «inicialmente a los industriales». Aunque cree que sería útil «para todos»: desde etnográficos, al Museo Jurásico de Asturias (MUJA) y «por supuesto el Arqueológico». Actualmente, ningún centro español dispone de este novedoso sistema expositivo que permite ver los objetos desde casi cualquier perspectiva. Lo que utilizan normalmente son hologramas «que son estáticos», explica. Éste, «similar al utilizado en los cines Imax, es más impactante».
Además, solucionaría uno de los problemas más frecuentes en los museos: la falta de espacio. «En lo que ocupa un monitor puedes mostrar un capitel que, además, puede estar en el lugar original», explica.
El ingeniero informático comparte el espacio físico de su empresa con Ánade, la compañía que integra junto con 1:20 la Unión Temporal de Empresas Ánade Recursos Naturales que realizó parte de las excavaciones del castro de Llagú. En aquellos trabajos, los técnicos de Ánade escanearon en tres dimensiones varias piezas para hacer algo similar a lo que ahora plantea Velasco. Este monitor, de entre 19 y 40 pulgadas, podría instalarse en el aula de interpretación de la cultura castreña que el Principado prevé construir en Latores, y reproducirlas para que los visitantes las vean. Y sin ningún tipo de tecnología adicional: para percibir la sensación de profundidad y ver el objeto por todos sus lados no es necesario tener nada más a parte de ojos.
No ocurre lo mismo con otros sistemas que desarrolla Proinnova. A finales de diciembre, en la entrega de los premios Impulso del Idepa, realizaron la presentación de las empresas ganadoras. Grabaron con dos cámaras las mismas imágenes, planas. Proyectadas en dos paneles diferentes y con unas gafas de luz polarizadas, cada ojo veía uno solo, y daba sensación de profundidad. La originalidad vende y puede que también en los museos.
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